DECLARACION CONJUNTA DE LA REUNION DE MINISTROS DE PAISES MESOAMERICANOS,
Ciudad de México, 9 de enero de 2006

 Por siglos, hombres y mujeres han migrado a través de las fronteras enriqueciendo a sus comunidades de origen y a las que los acogen. A pesar de que los flujos de personas de un país a otro o inclusive al interior de una misma nación han sido una constante, nunca antes el fenómeno migratorio había sido estudiado y debatido con el detalle que lo hacemos ahora.

Desde 1965, la población migrante en el mundo se ha mantenido constante en alrededor de 3 por ciento del total, representando aproximadamente 175 millones de personas según el último recuento de la Organización de las Naciones Unidas.

No obstante, en la actualidad, las dinámicas migratorias han adquirido cada vez más importancia en los foros mundiales y sobre todo en las agendas internas de los Estados, convirtiéndose en un asunto de alta sensibilidad, ya que sus consecuencias sociales, económicas y políticas se han manifestado con mayor fuerza en las últimas décadas.

Las razones de la migración son muchas y variadas y responden a factores presentes en los países receptores (crecimiento económico de los países desarrollados y envejecimiento pronunciado de la población, entre otros), en los factores climáticos, así como al creciente contacto entre comunidades ya asentadas y sus países de origen.

Hoy en día, casi ningún país o región del mundo se mantiene ajeno al fenómeno migratorio y sus consecuencias. Las estructuras poblacionales entre los países desarrollados y aquellos en vías de desarrollo, asimetrías económicas entre las naciones, la creciente interdependencia económica y las intensas relaciones e intercambios entre los países, son variables que incentivan el incremento de los flujos migratorios y sus repercusiones.

En este sentido, la globalización ha contribuido al crecimiento de la migración y a debilitar muchos de los obstáculos al movimiento de personas a través de las fronteras internacionales. Sin embargo, como respuesta a este incremento, varios países han instrumentado un endurecimiento a las normas aplicables a la migración, lo que ha generado un importante desfase entre el intercambio de bienes y servicios y el libre tránsito de personas.

Las dinámicas de población entre los países que forman parte de América Latina y Estados Unidos, el creciente contacto entre comunidades y familias y una brecha aún demasiado profunda entre los niveles de ingreso, imponen la necesidad de mejorar la administración del fenómeno migratorio.

Igualmente, en años recientes, ante nuevas amenazas a la seguridad colectiva como son el terrorismo, el crimen organizado transnacional, el tráfico y la trata de personas y la falsificación de documentos, el binomio migración-seguridad se ha ubicado como uno de los grandes retos de nuestras sociedades.

Los Ministros de Relaciones Exteriores y altos funcionarios reunidos el día de hoy en la Ciudad de México, tomando en cuenta la Declaración de Mar del Plata: "Crear Trabajo para Enfrentar la Pobreza y Fortalecer la Gobernabilidad Democrática" del 5 de noviembre de 2005:

Asimismo, los Ministros de Relaciones Exteriores y altos funcionarios de los gobiernos hoy reunidos consideramos:

 

Los Ministros de Relaciones Exteriores y altos funcionarios reunidos hoy creamos un grupo de trabajo para el intercambio de puntos de vista e información sobre mejores prácticas en la materia, así como para trabajar entre nosotros y con otros gobiernos en la construcción de políticas que permitan una mejor administración del fenómeno migratorio.

 

 

México D.F. a 9 de enero de 2006.