Hacia una prosperidad compartida, la propuesta de Guanajuato"

Rancho San Cristóbal, Guanajuato, 16 de febrero de 2001.

Versión estenográfica del Comunicado Conjunto, leído en español por el secretario de Relaciones Exteriores de México, Jorge G. Castañeda, y en inglés por el secretario de Estado de Estados Unidos de América, Colin Powell, antes de la conferencia de prensa ofrecida por los Mandatarios de ambas naciones.

Gracias, muy buenas tardes.

Quisiera dar lectura a la declaración de prensa de los dos Presidentes.

"Hacia una prosperidad compartida, la propuesta de Guanajuato":

Nos hemos reunido este día en el rancho San Cristóbal, Guanajuato, para acordar como amigos y vecinos que somos, las importantes metas y principios bajo los cuales habremos de conducir las relaciones entre nuestros dos países en los años venideros.

Como nunca antes, nuestras dos naciones se encuentran unidas por valores e intereses que abarcan la gama entera de nuestra amplia relación. Estos se fundamentan en el respeto por la democracia y los derechos humanos, no sólo en nuestros países, sino en el concierto de las naciones.

Asimismo, compartimos el compromiso con el libre comercio como motor del crecimiento económico y de un desarrollo incluyente.

Estamos comprometidos con el Estado de Derecho como el marco del que depende la libertad y la prosperidad de nuestros ciudadanos. A partir de esta visión podremos avanzar juntos hacia una mayor prosperidad en el marco de una relación plena, madura y equitativa.

Una de nuestras más altas prioridades, consiste en lograr que cada persona despliegue cabalmente su potencial, de forma tal que podamos contribuir a reducir la brecha económica que existe entre y en el seno de ambas sociedades.

Reconocemos el dinamismo alcanzado a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el cual ha generado incrementos muy significativos en el intercambio comercial, transformando nuestra relación económica.

Una vez realizadas las consultas con nuestros socios canadienses, nos esforzaremos por consolidar una comunidad económica de América del Norte, que beneficie a las zonas menos desarrolladas de la región y a los grupos sociales más vulnerables.

Con este fin apoyamos medidas que deriven en una política fiscal sana, bajas tasas de inflación y sistemas financieros sólidos.

La migración es uno de los nexos que más vinculan ambos países. Los enfoques y políticas que adoptemos sobre este fenómeno deben reflejar nuestros valores y necesidades, al tiempo que superemos con éxito los retos que plantea este asunto.

México debe aprovechar al máximo el talento y la productividad de sus propios trabajadores para el bien del país, pero es necesario un esquema ordenado de flujos migratorios que garanticen trato humano, seguridad jurídica y condición de empleo dignas a los migrantes.

Con este propósito, hemos instruido a nuestros dos Gobiernos para iniciar a la brevedad negociaciones formales de alto nivel pendientes a alcanzar acuerdos de corto y largo plazo, que nos permitan atender de manera constructiva la migración y sus aspectos laborales, mismos que ocupan a nuestros dos países.

Este esfuerzo será encabezado por el Secretario de Estado y el procurador general de Estados Unidos, y por los Secretarios de Relaciones Exteriores y de Gobernación de México.

Ambos países concedemos la mayor importancia a la calidad de vida en nuestra frontera, trabajaremos a favor del desarrollo económico y social de las comunidades fronterizas, combatiendo la violencia y buscando construir un entorno de certidumbre y seguridad.

Por ello, formaremos un nuevo grupo de trabajo de alto nivel, bajo los auspicios de la Comisión Binacional, para identificar los pasos específicos que habrá de dar cada país, a fin de mejorar la eficiencia de las actividades fronterizas.

De inmediato iniciaremos conversaciones para dar cumplimiento a la resolución del panel del Tratado de Libre Comercio de América del Norte sobre autotransporte.

El narcotráfico, el consumo de drogas ilícitas y el crimen organizado constituyen amenazas de primer orden para el bienestar de nuestras sociedades. Para combatir esta amenaza debemos fortalecer nuestras respectivas estrategias e instituciones de procuración de justicia, así como fomentar una cooperación bilateral y multilateral de mayor confianza mutua. Nos proponemos reducir la demanda de drogas y eliminar a las organizaciones de narcotraficantes.

Con ese fin, adoptaremos medidas inmediatas para revisar nuestras políticas y los esfuerzos de coordinación entre las autoridades de ambos países, respetando siempre la jurisdicción de cada nación.

En consultas con nuestros socios canadienses en el Tratado de Libre Comercio América del Norte, desarrollaremos un enfoque de América del Norte, con respecto al tema de los recursos energéticos.

Asimismo, y partiendo de la fortaleza de nuestras respectivas culturas, buscaremos ampliar nuestra relación a través de fórmulas que aseguren un mejor futuro para ambos pueblos. La educación es la llave para alcanzar ese futuro. Aumentaremos los intercambios y becas profesionales que contribuyan a desarrollar el capital humano y a fomentar el respeto por la herencia cultural de cada país.

Buscaremos nuevos esquemas de cooperación en el ámbito de la ciencia, la tecnología y la protección del medio ambiente, ya que de ello depende nuestro progreso económico y el bienestar de nuestros pueblos.

Más allá de la agenda bilateral, ambos Gobiernos hemos decidido iniciar discusiones sobre temas regionales y hemisféricos.

La próxima Cumbre de las Américas, que tendrá lugar en abril en la ciudad de Quebec, constituirá un valioso foro para que las democracias del Continente analicen proyectos y avancen hacia metas comunes, como el fortalecimiento de las instituciones democráticas y el impulso a la prosperidad económica a través del libre comercio y la educación.

Refrendamos así nuestro respaldo al establecimiento, lo antes posible, del área de Libre Comercio de las Américas.

Creemos que hoy nuestras dos naciones pueden avanzar hacia una auténtica prosperidad compartida sobre la base de valores democráticos comunes y de un diálogo franco que se traduzca en amplios beneficios para nuestros dos países.

Deseamos dejar atrás las limitaciones del pasado y aprovechar con audacia esta oportunidad inédita.

Para alcanzar estas metas y dar seguimiento a los compromisos adquiridos hoy, hemos acordado reunirnos tan frecuentemente, como sea necesario, durante nuestros respectivos mandatos. Lo haremos como amigos y con un espíritu de respeto y confianza mutua.